Himno
Letra: Sr. Roberto Laverde Toro
Música: Dr. Darío Preciado Agudelo
PARA SER ADALIDES DE CRISTO, DIFUNDIENDO SU FE,
NOS FORMAMOS LOS QUE EN ESTA MORADA HABITAMOS,
NOBLE HOGAR DE PUREZA Y AMOR. NUESTRO TIEMPO DISCURRE
GOZOSO EN LA PAZ DE ESTE GRATO SANTUARIO, DONDE EL ALMA
ES ARDIENTE INCENSARIO A LOS PIES DEL DIVINO PASTOR.
Del Señor alabamos el nombre, pues su gracia en nosotros derrama, al
querer que alentemos la llama de su fuego en el místico altar. Ensalzamos
al Rey de la gloria, que ni vio nuestra humana flaqueza, para darnos la
inmensa riqueza de tenerlo, sin más codiciar.
De Tomás, el Teólogo Excelso, cuya angélica vida admiramos, la profunda
verdad penetramos de su célebre Summa inmortal. Por sus nobles y recias
virtudes, nuestro espíritu a Dios encamina; es preciso seguir su doctrina
e imitar su fervor celestial.
Con la fuerza de un dulce mandato, por su amor a los hombres, nos vino en
la voz del Cordero divino, la más bella y sublime misión: rescatar de horror
del pecado al que fuera por Él redimido, más de nuevo en la culpa sumido
busca ansioso salud y perdón.